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con discapacidad motora, 210 visual y 43 auditiva), 92 en universidades privadas, 89 en IP
y 25 en CFT y sus principales áreas de estudio son: humanidades y salud, desglosándose
en: Pedagogía, Trabajo Social, Psicología, Derecho y Enfermería. Según García, estos
resultados permitieron observar que si bien estas instituciones cuentan con algún tipo de
apoyo a las y los EsD, existe falta de adecuaciones que permitan que los estudiantes cursen
y sean evaluados con equidad en las asignaturas. Sin duda, las dos grandes deudas están
en “la falta de investigación sobre la situación de los alumnos (ninguna en IP y CFT) y la
necesidad de contar con más sistemas de financiamiento para los estudiantes con
discapacidad” (García, p.135).
Frente a estos datos, durante el año 2012, el SENADIS y el MINEDUC promovieron la
creación de Redes Regionales de IES inclusivas, que permitieran garantizar el derecho a
acceso y participación efectiva de las PsD en este nivel educacional. En junio de ese mismo
año se llevó a cabo, en la Universidad de La Serena, el “Primer Encuentro Nacional de
Educación Superior Inclusiva: La Educación Superior Inclusiva es Posible” (REDESIC y
SENADIS), creándose en ese encuentro la Red Nacional de Educación Superior Inclusiva
que se ratificó posteriormente en la Universidad de Los Lagos, sede Santiago. En la
constitución de esta red se acordó considerar a la educación inclusiva como:
un conjunto de procesos, tanto individuales como colectivos, que se instalan al interior de
las instituciones de educación con la finalidad de promocionar el desarrollo de todos y
todas las personas, en una cultura de respeto y reconocimiento de la dignidad intrínseca y
de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana (Acta
Constitución RESI, 2012).
El objetivo general de esta Red Nacional es: “Intercambiar conocimientos, información y
experiencias en torno a la promoción de la inclusión educacional y social de las PsD e
impulsar políticas públicas para garantizar los derechos de estos estudiantes.” (Krause y
García, 2016). Su visión es: “Promover la construcción de una sociedad que valore y
respete la diversidad como un elemento fundamental del desarrollo humano incluyendo
social y educacionalmente a PsD u otros que por su condición sean excluidos”; y su misión
es: “Articular el trabajo de las redes de educación superior inclusiva regionales para