Debate Universitario N°4 - page 3

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nes y el conjunto de la sociedad neoze-
landesa son frecuentemente miradas
como ejemplo para países como Chile.
Por otro lado, también las universidades
neozelandesas son un ejemplo en cuanto
a alcanzar posiciones relativas muy altas
en los rankings de excelencia universita-
ria, aun cuando es un país de menos de 5
millones de habitantes y con una superfi-
cie que es, algo más, que un tercio la de
Chile. Así, se observa que la Universidad
de Auckland figura en la posición 256 del
ranking Scimago 2012, mientras que la
Universidad de Chile aparece en el lugar
421 del mismo ranking.
Las dimensiones del problema Ma-
puche son múltiples. Obviamente
para dar soluciones serías y efectivas
a cualquiera de sus dimensiones se
requiere de conocimiento cabal de
la materia tratada y si este conoci-
miento ha sido sometido a métodos
científicos adecuados y además el co-
nocimiento ha sido validado por los
expertos mundiales en la materia, su
valor será mucho mayor. En esta lí-
nea, se realizó una rápida operación,
utilizando la base de datos del sitio
ISI Web of Knowledge, considerando
los catálogos SCI-EXPANDED, SSCI,
A&HCI. En esta base de datos conta-
mos el número de artículos científicos
publicados en revistas indexadas que
mencionan la palabra “Mapuche” y en
que además algunos de sus autores
estén adscritos a una institución chi-
lena. Así, se observa que existen 176
artículos publicados desde 1998 a la
fecha. De éstos, el 15,9% se clasifican
en medicina interna, el 14,8% en lite-
ratura, el 14,2% en lingüística y el 9,1%
en antropología. Si hacemos el mismo
ejercicio con la palabra “Maorí” y con
alguno de sus autores adscrito a una
institución neozelandesa, se cuenta
una cifra de 1.614 artículos en igual
periodo. De éstos, el 12,6% se clasifi-
can en salud pública, el 12,1% en me-
dicina general, el 5,2% en psiquiatría,
el 5,1% en antropología y el 4,1% en
pediatría. Esto quiere decir que la pro-
ducción científica chilena en el tema
Mapuche equivale sólo al 10,1% de la
producción científica que aborda el
tema Maorí en Nueva Zelanda.
¿Entonces, cómo vincular estas dos vi-
siones para alcanzar una universidad
de excelencia y comprometida con su
entorno y su tiempo? Se requiere antes
que nada definir cuáles son esos gran-
des temas que como sociedad no he-
mos abordado y en los cuales como uni-
versidad estamos comprometidos y en
deuda. Para realizar esta definición se
requiere de un profundo debate y con-
senso. El tema Mapuche, seguramente
sería uno de los temas que debería ocu-
parnos. Después de que el tema está
definido se requiere una integración
disciplinaria y un diálogo abierto entre
áreas del conocimiento que, en el mun-
do rara vez conversan, y que en nuestra
universidad casi nunca se produce.
Desde el punto de vista de la univer-
sidad, estas interacciones tienen ade-
más el mérito de que permitirían que
las rígidas culturas locales se contami-
nen con culturas totalmente distintas,
y eso ya tiene un valor en sí mismo. De
la misma manera que se generan estos
nuevos espacios de conocimiento “de
borde”, se multiplican las opciones de
revistas indexadas disponibles para
que éstos sean trasmitidos.
Busquemos estos puentes entre dife-
rentes disciplinas y generemos cono-
cimiento nuevo. Una vez que lo hemos
alcanzado, transmitámoslo a través de
los medios que son valorados en el
mundo universitario. Esta integración
es posible y sólo nos falta iniciar el
diálogo. Más allá de los esfuerzos indi-
viduales en pro de este diálogo, bus-
quemos también que mediante una
nueva estructura de la Universidad
de Chile, la integración se haga carne.
Para ello, ya definimos en nuestro Pro-
yecto de Desarrollo Institucional que
estableceremos una nueva estructura
organizacional por áreas para la Uni-
versidad de Chile y esta nueva estruc-
tura debería tener como Norte el com-
promiso y la excelencia.
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