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Estatutos de las nuevas universidades del

Estado

En relación a los Estatutos de ambas uni-

versidades estatales, aún se encuentran en

tramitación en la Contraloría General de la

República y dicen no conocer una versión

definitiva. Sin embargo, la Rectora Marshall

señala que el texto preliminar que maneja

no tiene “grandes diferencias” con lo que

enviaron en el mes de marzo al Ejecutivo. Lo

distinto es que el de ahora es “más liviano”

y que los temas no resueltos serán parte de

los reglamentos internos de la Universidad.

Sobre este tema, el Rector Correa expresa

que, tras el proceso de diálogo que se dio

con el Ministerio de Educación, donde se les

solicitaron cambios que a él no le parecie-

ron adecuados, lograron un acuerdo para su

presentación definitiva. “Ellos querían tener

cierto alineamiento de los Estatutos con lo

que es la Reforma a la Educación Superior.

Algunos puntos de la Reforma que a mí no

me gustaban, pero no iba a armar un escán-

dalo por algo que no me parecía de la máxi-

ma importancia”.

Dentro de estos temas, el Rector plantea que

le pareció excesivo el número de representan-

tes del gobierno en el Consejo Superior (recor-

demos que este se compone de 4 miembros

del Gobierno, 4 de la universidad y el Rector),

lo cual le “parece gravísimo” a Correa, al igual

que al resto de las instituciones estatales.

Otro de los puntos dice relación con que, mien-

tras estuvieran bajo la tutela de la Universidad

de Chile, la institución no tuviera que acreditar-

se para recibir el mismo trato que el resto de las

entidades estatales. “Me parece muy grave que

esto no haya quedado en los Estatutos”, indicó

Rafael Correa, quien añadió que hubo otros te-

mas secundarios sobre administración universi-

taria y exenciones tributarias.

Pese a ello, indica que están a la espera de los

Estatutos definitivos visados por Contraloría,

donde ingresaron hace ya casi dos meses,

pues falta muy poco tiempo para que co-

miencen las clases y los términos legales son

importantes para el futuro de las nuevas uni-

versidades del Estado.

“Autonomíauniversitaria

y reforma a la educación

superior”

Han pasado casi tres meses desde que la bu-

llada remoción de la Prof. Roxana Pey como

Rectora de la Universidad de Aysén pusiera en

evidencia otro de los límites del proyecto de

Reforma a la Educación Superior, esta vez en

cuanto a la manera de entender su autonomía,

misión y relación con las comunidades locales.

Del destino final del proyecto de estatutos de

dicha universidad nada hemos sabido. De lo

que sí es que, desde ese entonces hasta ahora,

la mencionada propuesta del Ejecutivo para

las universidades estatales mantiene un mo-

delo que consagra la injerencia de los gobier-

nos en las universidades estatales a través de

la designación de cuatro de los nueve miem-

bros de sus consejos directivos (art. 149-153).

Tanto los rectores del CUECH, representantes

estudiantiles, académicos y otros organismos

colegiados han señalado el peligro del inter-

vencionismo de los gobiernos de turno en los

destinos de estos planteles. Todas las voces

coinciden en el principio de autogobierno y la

autonomía de las casas de estudios estatales

respecto de los poderes políticos externos. Y

ello por cuanto se trata de un principio que no

es antojadizo y se entiende en el marco de la

historia de las luchas universitarias del siglo

XX en América Latina por garantizar la pro-

ducción de saberes sin la presión o interven-

ción de poderes externos: políticos, religiosos,

administrativos y económicos. Así, histórica-

mente, los movimientos pro reforma latinoa-

mericanos se plantearon la autonomía como

un elemento esencial a la producción de pen-

samiento y conocimientos críticos puestos

al servicio y disposición de la sociedad en su

conjunto.

Las luchas hoy por un gobierno universitario

democrático y representativo de todos los es-

tamentos al interior de la universidad, aquellas

que exigen la presencia de las comunidades

en sus decisiones estratégicas y la exigencia

de un financiamiento pleno por parte del Es-

tado para otorgar educación de alta calidad

con gratuidad, sin someter su misión a las pre-

siones del autofinanciamiento y del mercado,

son las luchas actuales por la autonomía. Ellas

expresan también hoy, de manera fundamen-

tal, y por sobre el problema jurídico, el sentido

de su rol público. Por eso, aunque financiadas

por el Estado, son universidades sin dueño al

servicio de sus pueblos. De eso se trata la au-

tonomía, desde el grito de Córdoba hasta hoy.

La autonomía, concebida desde este princi-

pio, permite no sólo legitimar a la universi-

dad en el debate público. Por el contrario, un

gobierno concebido desde su exterior –he-

terónomo- corre el riesgo de subordinar su

quehacer a la presión de lógicas externas a

su misión fundamental y, con ello, hipoteca la

significación de su presencia y vínculo con los

intereses colectivos de la sociedad.

Prof. María Eugenia Domínguez, Senadora Universitaria