DIÁLOGOS SOBRE EL ABORTO “PARIR LAS HABLAS”
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senador de la bancada opuesta, centrándose la discusión en
una rencilla partidista y olvidándose de las mujeres.
El lenguaje se posiciona en la sociedad, va construyendo
realidades a través de canales subjetivos que se van ob-
jetivando en la medida que son avalados por cierto grupo
de personas. Uno de los senadores en el debate que se dio
en abril del año 2012 decía algo completamente cierto, y
que representa el sentido principal y real de un sistema
democrático, pero que al parecer no todos consideran como
tal. Un parafraseo de lo que expuso es el siguiente: “tal
vez yo no esté de acuerdo con este proyecto, pero todas
las encuestas muestran que la ciudadanía quiere legislar
y ¿A quién representamos nosotros sino que a nuestros
electores?”. Puede parecer una obviedad, sin embargo, va-
rios senadores argumentaron que no están obligados por
ley a votar algún proyecto con el que no están de acuer-
do, aunque sus representados y representadas sí. Yendo al
sentido práctico, es mucho más fácil y honesto decir que
no se quiere legislar porque personalmente no se está de
acuerdo, que recurrir a argumentos médicos, legales y re-
ligiosos que al escucharlos y leerlos hacen pensar que se
subestima a las personas.
Es en este sentido los argumentos religiosos se tornan impor-
tantes para algunas personas, quienes los consideran centra-
les y quieren imponerlos a los demás. Como pasa, por ejemplo,
con el catolicismo, como se puso en evidencia en la discusión
parlamentaria, donde varios senadores expresaron estar de
acuerdo y respetar todas las opiniones, pero que finalmente
les da lo mismo porque se tiene que hacer lo que ellos dicen,
porque su verdad es la verdad absoluta para todos.
¿De qué sirve entonces que tengamos un Estado laico? Por
otro lado, muchos senadores argumentaron que legislar
sobre el aborto terapéutico era inconstitucional, por ende,
cualquier discusión carece de toda lógica constitucional y le-
gal, pero ¿no es justamente eso lo que busca hacer el debate
y su legislación, que deje de ser inconstitucional?
Dentro de la línea de los argumentos denegativos está el
que dice que si se legisla sobre el aborto terapéutico no
van a nacer más niños en el país porque todas las mujeres
van a querer abortar, o que va contra los mandatos natura-
les; o el senador que citó la historia de vida de un conocido
orador motivacional a nivel mundial que nació sin brazos ni
piernas pero que vive feliz su vida y es el más claro ejemplo
de superación y del poder de Dios. Esto puede sonar un
poco burdo y carente de argumentación por lo básico de
lo que estoy exponiendo, pero lamentablemente sólo estoy
refiriéndome a cómo se dio el debate el 2012 en el Senado
del Congreso Nacional, que no es cualquier lugar, sino que
es el espacio legislativo por excelencia del país; donde jus-
tamente se hacen, redactan y modifican las leyes.
EL CONCEPTO DE MUJER
Son estas morales las que tienden un manto de opresión his-
tórica a las mujeres y a sus cuerpos solamente por el hecho
de reproducir la vida y albergarla mientras ésta se gesta.
Además, el discurso analizado genera una visión sesgada de
la mujer, la que pasa a formar parte de la cultura a través
de la objetivación de sus diversas subjetividades. Entonces
el valor de la feminidad sólo sería efectivo cuando la mujer
alcanzase su punto de trascendencia, que estaría marcado
por la producción y la reproducción de la vida humana.
De cierta forma, el revelarse contra esto puede generar,
en un punto crítico, discursos y acciones individualistas.
Sin embargo, mientras sigamos viviendo en una sociedad
que tiene como elementos centrales al capitalismo - con su
competencia por el logro de necesidades ficticias median-
te el endeudamiento, ya que son pocas las personas que
logran una acumulación de bienes importante- y al patriar-
cado, se torna muy complejo elaborar salidas alternativas
al sistema, sobre todo cuando vemos lo que pasa con el
elemento que busca el equilibrio en la sociedad: la demo-
cracia, que en estas condiciones sólo sirve para reforzar
al sistema en su conjunto, marginando a las mujeres y a