Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  14 / 42 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 14 / 42 Next Page
Page Background

UNIVERSIDAD DE CHILE

13

“Miembros de la décimo sexta Comisaría de Carabineros de

La Reina llegaron al Hospital Luis Tisné cerca de la una de la

madrugada de este lunes, luego de haber recibido la denun-

cia del médico de turno.

Según lo señalado por el profesional, la adolescente de 17

años llegó al recinto hospitalario con lesiones producto de

un aborto. Entre ellas, una intensa hemorragia que hoy tiene

en peligro su vida.

Tras la denuncia, Carabineros llegó hasta el hogar de la jo-

ven, donde se realizó un rápido registro. Tras las pericias, fue

hallada una bolsa plástica en el antejardín de la casa, con

ropa y una placenta al interior.

La menor permanece inconsciente y en peligro de muerte

luego de sufrir una hemorragia vaginal de carácter grave. La

policía, en tanto, ya puso los antecedentes del caso a dispo-

sición de la Fiscalía Metropolitana Oriente”.

Ella ya había respondido a la única pregunta que tiene senti-

do en tal caso: ¿deseo ser madre? Sin embargo, la clandes-

tinidad la ponía en una muy personal pregunta: ¿cómo hacer

un aborto y no morir en el intento? Ella se encontraba en esa

delgada línea que hace la diferencia entre un aborto seguro

y uno inseguro en Chile. Su pobreza y su extrema juventud la

pusieron del lado inseguro.

¿Por qué no había vivido los últimos 12 meses en Uruguay?

IV.

A propósito de la escritura de un artículo hice una llamada tele-

fónica anónima –como suele ser- a una organización que resiste

la despenalización del aborto. Conversé con una mujer. En parte

de la conversación, ella me preguntó si alguna vez había hecho

un aborto. Respondí que sí. Entonces me preguntó si tenía hi-

jos. Le respondí que dos. Ella dijo: “¿sabe usted que odia a sus

hijos?”. “¿Qué le hace pensar que odio a mis hijos?”. Ella dijo:

“Usted mató a un hijo. Cuando se aborta es porque una mujer

odia ser madre. Aunque usted no lo sepa, odia a sus hijos”.

En mí no resonaba nada de lo que ella decía sobre mis hijos,

mi aborto y yo. Pensaba con tristeza en cómo mellaría en las

chicas pobres que aun queriendo interrumpir un embarazo,

terminan en esa organización que les forzará a continuarlo.

V.

Dijo el autoritario presidente de un partido de derecha a pro-

pósito del proyecto que legaliza el aborto por tres causales.

“Parlamentario de Renovación Nacional que vota a favor del

aborto debiera ser expulsado del partido”.

Un dirigente que se posiciona desde principios democráti-

cos replicó: libertad para votar en conciencia. Eso, libertad

de conciencia para decidir sobre mi cuerpo, sobre mi vida,

reclamo yo.

Dijo el Presidente de Francia, Valéry Giscard d’Estaing, al

promulgar la ley de interrupción voluntaria del embarazo:

“Yo soy católico, pero soy presidente de un Estado laico.

Yo no impongo mis creencias personales a mis conciudada-

nos, sino garantizo que la ley se corresponde con el estado

real de la sociedad francesa, de modo que se respete y se

puede aplicar”

Dijo el Vicepresidente de EEUU, Joe Biden, en uno de los

debates de la última elección presidencial:

“Mi religión define quién soy. Y he sido un católico practican-

te toda mi vida. Con respecto al aborto, acepto la posición de

mi iglesia que la vida comienza en la concepción. Ese es el

juicio de la Iglesia. Lo acepto en mi vida personal. Pero me

niego a imponerlo a los cristianos igualmente devotos y los

musulmanes y los Judíos-; me niego a imponerlo a otros”.

En otras democracias del mundo, ellos estuvieron enfrentados

a la pregunta por su coherencia entre su actuación pública y su

convicción personal en torno al aborto y ellos respondieron sin

dudar sobre su convicción en torno a la democracia.