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comunitarios, siendo el “trastorno” una dimensión entre la mayor o menor salud mental,
no deja de llamar la atención la predominancia del modelo bio-médico que establece y
juzga cuando otro tiene un padecimiento, el cual introduce inevitablemente la dimensión
del poder. Primero, la salud mental se supone de acuerdo a un ideal que no se explicita ni
se pone en discusión, introduciendo en su otro extremo la noción de trastorno mental.
Segundo, aquel continuo salud – trastorno mental, implica una relación respecto a criterios
de normalidad – anormalidad. Ahora, si bien se puede establecer cuando hay presencia o
no de enfermedad en el registro del cuerpo, es más complejo y discutible aquel
establecimiento etiológico en los diagnósticos psicopatológicos. En ese sentido, distinguir
ideales morales, convenciones estadísticas, intereses mercantiles (industrias
farmacológicas), de criterios estrictamente clínicos (sean ellos funcionales, respecto al
grado de sufrimiento subjetivo individual o social, o respecto al comportamiento) exige
una discusión crítica necesariamente interdisciplinar, en donde el “campo de la salud
mental” se pueda investigar, analizar y discutir desde otros campos del saber, como la
epistemología y la racionalidad científica, el derecho y la sociología, la historia y la
economía.
De esta manera, podemos destacar la necesidad de considerar algunos fenómenos, tras los
cuales subyacen dilemas éticos e institucionales importantes no sólo de otorgar el debido
reconocimiento, sino que se vuelve necesario introducir en los diseños de política
institucional de manera específica.
a)
Del sujeto / objeto y los apoyos contextuales
Una persona en situación de discapacidad debe considerarse como un sujeto autónomo en
vez de basarse en la definición de los apoyos que, propios de una institución preocupada
por generar espacios inclusivos, pueden eventualmente concebirse a priori como
necesarios, sobre la base de un conocimiento más bien generalista o estándar de una
situación de discapacidad o bien por desconocimiento o prejuicio, violentando con ello la