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Se registran experiencias como las de las universidades de Harvard y Princeton que han
diseñado trípticos o guías informativas sobre violencia, acoso, agresión y abuso sexual,
proporcionando ejemplos concretos que permitan una fácil y rápida identificación de este
tipo de situaciones e información sobre servicios de atención. La Universidad de Columbia
ha organizado grupos de discusión para que sus estudiantes sepan qué es la violencia de
género y cuáles son las herramientas institucionales para enfrentarla. Otras universidades
destinan secciones en sus páginas web para informar sobre la violencia de género, los ti-
pos de violencia y ejemplos que permitan su detección. También hay universidades como
Yale y Princeton donde sus asociaciones de estudiantes juegan un rol fundamental; ofrecen
cursos de formación y asesoramiento en temas de la violencia de género, acoso y abuso
sexual, y sus consecuencias sicológicas
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.
Las oficinas de atención y prevención del acoso sexual como la
Office of Sexual Assault Pre-
vention and Response
, de la Universidad de Harvard, junto con entregar información, pro-
vee de un servicio de acompañamiento para presentar denuncias o para recibir atención
médica. Otro ejemplo de este tipo de oficinas es el
Sexual Violence Advisory Board
, de la
Universidad de Stanford, comisión integrada por estudiantes, profesores/as y personal ad-
ministrativo que coordina medidas de prevención y atención de la violencia sexual. También
existen los teléfonos de urgencias para asesorar a las personas que han sido víctimas de
algún tipo de violencia sexual y dar información sobre qué hacer en caso de acoso sexual.
Yale cuenta con este tipo de dispositivos. Otras estrategias son los servicios de mediación
entre víctima y agresor; la formación sobre acoso sexual y violencia dirigida a hombres; y
la publicación de informes sobre acoso sexual en la Universidad. Factores indispensables
que han resultado exitosos en la experiencia comparada es la implicación de la comunidad
educativa en el apoyo a las víctimas. Estas universidades han establecido procedimientos
que buscan ser uniformes, eficaces, des-formalizados, protectores de la confidencialidad
de los/as involucrados/as y que son paralelos a los establecidos por ley. Se observa tam-
bién que varias universidades tienen oficinas o departamentos especialmente dedicados
a recibir denuncias y promover el conocimiento y cumplimiento de las políticas y normas
universitarias. A continuación se detallan algunos aspectos de las políticas que pueden
servir de modelo para una política universitaria en esta materia:
aspectos institucionales:
Las universidades estadounidenses consultadas cuentan con una oficina o departamento
especializado encargado de los problemas de acoso u hostigamiento sexual. A estas ofici-
nas compete el monitorear el cumplimiento de la normativa y las políticas relativas al acoso
u hostigamiento sexual y generalmente implementan programas de difusión y educación
para estudiantes así como para profesores y personal universitario. Si bien no siempre es
una entidad dedicada exclusivamente al tema del acoso u hostigamiento sexual, sí dan a
conocer públicamente que ese es un tema de su competencia. El Departamento de Educa-
ción recomienda a las Universidades crear un comité de estudiantes y autoridades universi-
tarias que identifiquen las estrategias para asegurar que los y las estudiantes: a) conocen la
prohibición de la discriminación en razón del sexo en la Universidad, incluyendo la prohibi-
ción del acoso sexual, b) entienden cómo y a quién hacer llegar denuncias, y c) sienten que
la universidad responderá de manera rápida y equitativa a las denuncias de acoso sexual
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34
Informe de la ex Relatora Especial, Sra. Radhika Coomaraswamy, sobre la violencia contra la mujer, con inclusión
de sus causas y consecuencias. 1997, supra nota 9, párr. 47.
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U.S. Department of Education. Dear College Letter. p. 18. [en línea] <
http://www2.ed.gov/about/offices/list/ocr/letters/colleague-201104.html
>.